sábado, 24 de septiembre de 2011

Acromático éxtasis.

 Así el óxido, recité la herrumbre de cáusticas elegías. Bamboleante imprudencia que tiñe el umbral del camposanto, preludio de analgésico, acromático éxtasis. Miles de versos bajo esta pátina vibran ante esta perspectiva, ato mi tráquea al murmullo de la necrótica psique. Asmático titilar en acre acedía, estentóreo placer ante la obertura de nuestro estertor, cadavérico anonimato. No abstrusos fárragos sesgarán mi inconsciencia, estenosis de moral nunca sucederá. Cuando Perversión entrevera mis enaguas de féretros y tósigo de insinfónica melolagnia. Cuando el plácido obituario de sus ausencias electrizó mi exangüe ánima, caleidoscópica parafilia cardíaca. Vestigios en mi tez proclaman que mi exánime muda vacía signifique un catatónico cenotafio, inhalándose de la intrínseca exhumación de mis vívidas criptas, no sin atesorar tan extático goce. No oteo exánimes horizontes muertos de patología, hago mía la fotosíntesis de lo grotesco, de eros costeando mi osario de catastróficas magnitudes. En melismáticas excepciones erógenas.

  Sentir en sí el siseo, séquito de suspiros sosegando mi ignominia, libérrimo Otoño despierta insospechadas músicas. Difuminadas percepciones rememoran atávicos elixires, arterias sobre mí. Estratosférica sístole imbrica, en veleidosa cadencia, gemidos púrpura que explosionan en salvas de constelaciones. Resquebrajándose la bóveda, en precipitación me acuchilla vesánica incertidumbre, que conjuga vacua gramática sobre mi tórax en ingnición. Un sinfín de efímeros estrépitos recrearán la metátesis, el epigrama y gratificante vodevil en mis latidos. Crepitar quizás mientras la coda introduce la decrépita morgue al tañer mis ligas; dependencia, solipsismo, extraemos lienzos que abortan la lejanía, late versátil mi tóxico sexo de hipótesis. Éramos frío en aorta, antítesis de caos sobre prudencia, la asfixiante amalgama socava catacumbas en mis histriónicos gemidos. Soy oxímoron, nihilismo, iridiscente cuando acaricio mi húmeda existencia. No concluirá este estremecimiento, espasmódico placer, mórbido espejismo, sea el óbito mi oxígeno, la lápida mi máscara. El mármol pertenece a nuestro lienzo, lo cadáver impregna la psique, el vaho materializa el delirio.

  Entreveramos tildes, filosofía, muda catástrofe en inhóspitas madrugadas; íntimo quiasmo que se sobrecoge de los relámpagos concomitantes en mis cuerdas vocales, ninguna libertad significa olvido. Espasmódica electricidad que aúna orgasmos no enajena mi imprudencia, no es pudorosa ética. Éramos límpida vorágine, futurible giroscópico, recóndito maremágnum, taquicardia insomne. Cristaliza lo real, encarcélame en trance, cara data vermibus, hagamos de la prosa  voluptuoso deceso.


 Calcina mi lujuria, genésico hipnotismo de claroscuro, aliteración que concuerda en hiperbólicas fascinaciones. Tú, Surrealismo, mátame de impudicia, excitación, sudario. Incineración, clímax, ígnea, cáustica, incandescencia, embriaguez, combustión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

[...]